Intento Seducirte

Mi vestidura te gusta, me miras

así con tanta excitación y

 a mi me gusta que me mires,

 tu mirada me enloquece, 

eres fascinante y atrevido,
te  invité a cenar esta noche porque
me sentía muy sola en mi apartamento, 
pero tu no pierdes oportunidad ninguna
para decirme que mi vestidura te gusta,
yo que soy picara de nacimiento
 lo miré  de arriba abajo con una sonrisa 
coquetona, y lo invité con una mirada
a que se sentara en el sofá, y me dirigí
a mi recamara dejando la puerta entre
abierta, 

pero no dejando de mirar asía donde

el estaba, me senté en la cama y empecé
ha acariciarme los muslos sintiendo una
 necesidad mas fuerte que yo, me despoje
de todos mis miedos y ataduras,
me seguía tocando, estaba completamente
excitada, 

a ese estado de calentura deseaba llegar,
tanta sensación estaba secando mi garganta,
sentada con las piernas abiertas
empecé a tocar mi vulva caliente
a punto de explotar, 

estaba a punto de gritar  por la sensación tan sabrosa

 que estaba sintiendo,  

y miré a la entrada de la puerta  entre abierta 

y vi su figura  parada en la entrada de mi habitación 

con el pantalón hasta la rodilla 

y en su mano el tremendo pene excitado

  y me dijo: aquí  estoy , observándote, 
y grabándote en mi memoria 

necesito tu presencia y la fuerza de tu mirada lasciva

  invitándome a pecar, 

enseguida me abrace a su cuello

 y  empecé a besar sus labios.

Estaba bien decidida y muy excitada, agarré su pene
que ya estaba bien duro y en erección completa,
y empecé a besarlo suavemente y
después lo flote con mis pechos y
rosarle con mis pezones, lo que hizo
que el se enervara mas, aumentando su grado 

de excitación. 

Me susurró  diciendo: al verte

masturbándote no pude aguantarme y quise
verte de cerca, me cargó  y me puso sobre la cama
yo fui rodeándole y besándole su pene, mi lengua fue
recorriendo su pene de arriba abajo,
el gritaba de placer porque estaba a punto de alcanzar
el éxtasis, el se incorporo rápido e introdujo un dedo
en mi húmeda vagina, las caricias de su dedo en mi clítoris
y el sentirme penetrada por atrás,

 lograron que recibiera un placer intenso y maravilloso
y cuando mi respiración volvió a lo  normal, lo besé
y mordiendo sus labios suavemente para decirle
que estaba muy caliente que lo necesitaba otra vez.

Después  de aquella deliciosa cena el me dio un

prolongado beso, y susurrándome al oído me dijo,
ahora si aceptaré bailar un rato…en la cama…
¡Mmmm! 
y  con una sonrisita picara, le guiñé el ojo y me fui al baño
para asearme.