Lo que les quiero
contar ocurrió aproximadamente hace 2 meses. Como estoy estudiando ya en la
Universidad mi horario de clases es generalmente por las tardes, y el de mi
novio es muy variable debido a que algunas veces asiste en la mañana y otros
días por la tarde. Un día su casa estaba solo por la mañana debido a que su
padre trabaja y su madre había tendido que salir de la ciudad con urgencia, me
invitó a tomar el desayuno en su casa, para nosotros no es raro el contacto sexual,
pero la verdad se me hizo raro que me invitara, imaginé que algo estaba
planeando y no me haya querido decir, pero tengo que reconocer que soy algo
cachonda (por no decir bastantico ) que enseguida acepté.
Él salió de sus
clases a las 9:00 de la mañana y pasó a mi casa, nos fuimos en su coche,
mientras estábamos en el camino todo aconteció de manera normal, yo esperaba su
plan, pero no le decía nada. Llegamos como 20 minutos después, como me invitó a
tomar el "desayuno" pues se me ofreció algo, no recuerdo muy bien
que.
Total que terminamos de desayunar cuando me dijo que no había nadie en
casa y que podíamos hacer muchas "cositas", a lo que yo le respondí
haciéndome la inocente, ¿que como, que se le ocurría?, entonces me miró
fijamente y me dio un beso en la boca que parecía que quería sacarme lo que
acababa de desayunar, creo que eso fue lo que prendió la bomba, pues yo le
respondí con un otro de igual magnitud, a lo que él respondió besándome el
cuello.
Lentamente me fue
tocando los senos y mis pezones (debo confesar que eso me vuelve loca), claro
que yo no me iba a quedar con las manos sin hacer nada, enseguida respondieron
en sus nalgas (prefiero llamarlas así) que no es porque sea mi novio pero la
verdad es que están de rechupete, me lo han dicho algunas amigas también, mis
manos se fueron deslizando al frente por debajo de sus jeans y de su ropa
interior hasta llegar a su pene, que para entonces lo tenía erecto, y lo
comencé a masajear. Él al sentir esto encaminó sus manos hacia mi vulva, la
cual ya estaba húmeda, y sin habernos quitado ninguna prenda nos complacíamos
mutuamente mientras nos besamos.
Así estuvimos por un
tiempo hasta que mi novio me desabrochó un poco la blusa y me desacomodaba el
brassier y mis senos quedaron al aire y me empezó a lamer los pezones como solo él
sabe hacerlo, pasando con su lengua de aquí para allá, de vez en cuando una
pequeña mordida, mmm, (a todos los chicos, recomiendo que pongan esto en
práctica), mientras todo esto pasaba, yo ya había desnudado su pecho y
enseguida comencé a lamerle sus pezoncitos, eso lo prende.
Debido a que el calor era mucho, decidimos ir a su cuarto, en cuanto entramos, lo tomé por la cintura desabroché su cinturón y sus jeans, quedando sólo con ropa interior, mmm, que hermosa imagen, me deshice de su ropa interior y como me había agachado para quitársela cuando levanté la cara, no era ninguna coincidencia,
Yo lo había hecho con toda la intención para que su pene me quedara justo en la boca a la altura de la boca, (esto lo hice por mi alta temperatura y la lujuria que tenía en ese momento y como antes había leído en algunos relatos que a los hombres les fascina lo que le iba a hacer enseguida) ya había tocado su pene con mis labios, pero nunca le había hecho una mamada como se la hice esa vez, mi novio tiempo después me dijo que se sorprendió ante tal acto pero le gustó muchísimo, su pene estaba a en su máxima erección, no sé si por mi calentura pero nunca lo había visto así, con lo que yo estaba encantada al tener ese pedazo de carne húmeda en la boca, se la dejé muy roja por que se la estuve mamando por un buen tiempo.
Muy lentamente me depositó sobre la cama y de igual forma me abrió las piernas, yo casi no lo había dejado hacerme esto más que un par de ocasiones, pero esta lo ameritaba, así que lo dejé continuar.
Primeramente fue hacia mi abdomen, haciéndome cosquillas en el
ombligo, fue bajando hasta llegar hasta mí húmeda vagina, solo de acordarme me
vuelvo a mojar, muy despacio se fue abriendo camino a través de mis labios vaginales hasta que hizo el contacto
mágico con el clítoris, en ese momento recuerdo muy bien que me retorcí del
gusto que tenía,
el notó esto y sus movimientos con la lengua fueron más
rápidos, yo estaba que no podía más y el tuvo la magnífica idea de introducir
el dedo medio en mi vagina, placer hasta entonces era impresionantemente
morboso; no pude más y tuve mi primer orgasmo de la mañana. Quedé como muerta,
porque había tenido orgasmos pero ninguno se le comparaba a este y yo no sabía
lo que me esperaba.Nosotros nos cuidamos mucho con eso del embarazo, pero debido a que mi regla acaba de terminar y a lo caliente de la situación decidimos hacerlo sin preservativo, como él me acaba de dar una excelente mamada yo estaba boca arriba,
tenía las piernas abiertas y mi vagina muy pero muy húmeda, lo cual nos facilitó la primera penetración, sus testículos tocaron mi cuerpo sin ninguna dificultad, de esta forma estuvimos haciendo el amor hasta que terminé yo primero y él al oír mis gemidos que eran casi gritos le provocó una sensación poderosa y me sacó el pene y como ya lo habíamos hecho antes, lo masturbé hasta que terminó con una gran eyaculación que me embarró todo el abdomen y casi mis senos, nos abrazamos muy fuerte, no besamos, nos decíamos cuanto nos queríamos.
Cuando terminamos nuestro primer numerito eran casi las once de la mañana.
Al descansar un momento, mi hombre me dijo que deseaba verme
bailando como si fuese una bailarina nudista (en palabras elegantes, yo se muy
bien que él se refería como si yo fuera una puta de burdel),
yo accedí, recogí mi ropa, me fui fuera de la habitación a vestirme, yo no se para que, si me iba a desnudar nuevamente) mientras que él ponía una música adecuada para el acontecimiento que estaba por venir, cuando estaba todo listo entré y comencé a mover las caderas como si de verdad fuera una ramera, y observé inmediatamente la reacción en su pene, poco a poco fui deshaciéndome de las prendas hasta quedar otra vez como el día que nací.
yo accedí, recogí mi ropa, me fui fuera de la habitación a vestirme, yo no se para que, si me iba a desnudar nuevamente) mientras que él ponía una música adecuada para el acontecimiento que estaba por venir, cuando estaba todo listo entré y comencé a mover las caderas como si de verdad fuera una ramera, y observé inmediatamente la reacción en su pene, poco a poco fui deshaciéndome de las prendas hasta quedar otra vez como el día que nací.
Yo estaba deseosa de más y
no podía dejar ir tal oportunidad, así es que aproximé mi boca a su pene para
que volviera a ponerse totalmente como un soldado listo para entrar en acción,
cuando esto ocurrió, me puse en cuatro dejándole ver mi hermoso trasero.
Lo que no pudo desaprovechar tampoco él. Apuntó su pene en mi dilatada vagina, que otra vez recibió todo ese pedazo de carne en un impulso de una vez, mientras los dos movíamos las caderas para tratar de satisfacernos el uno al otro, le pedí que acariciara mis senos, que me pellizcara los pezones que de por sí estaban ya muy duros y rojos, sentíamos un gran placer al estarlo haciendo en esa posición, a mi me gusta en esos casos sentirme un poco dominada, y que más posición que esa, es una de las que más me gusta.
Lo que no pudo desaprovechar tampoco él. Apuntó su pene en mi dilatada vagina, que otra vez recibió todo ese pedazo de carne en un impulso de una vez, mientras los dos movíamos las caderas para tratar de satisfacernos el uno al otro, le pedí que acariciara mis senos, que me pellizcara los pezones que de por sí estaban ya muy duros y rojos, sentíamos un gran placer al estarlo haciendo en esa posición, a mi me gusta en esos casos sentirme un poco dominada, y que más posición que esa, es una de las que más me gusta.
Sin que él todavía terminara yo fui la que comenzó a gritar
fuertemente de placer al sentir otro orgasmo, nunca había tenido tantos
orgasmos en una solo sesión de sexo.
Al terminar yo le pedí que la sacara porque me estaba lastimando un poco, el
continuo y exagerando el roce.
Él de muy buena gana aceptó, cuando me la sacó yo me tumbé boca arriba, él como estaba deseoso de terminar se acomodó para que hiciéramos un fabuloso 69. El aroma en la habitación era una mezcla del olor de mis líquidos vaginales y el de los suyos, ¿es inconfundible no creen?
Él de muy buena gana aceptó, cuando me la sacó yo me tumbé boca arriba, él como estaba deseoso de terminar se acomodó para que hiciéramos un fabuloso 69. El aroma en la habitación era una mezcla del olor de mis líquidos vaginales y el de los suyos, ¿es inconfundible no creen?
Sin dejar que se me escapara ni un solo centímetro de pene, lo lamía
como si fuera una rica paleta de hielo, y él hacía lo mismo con mi vagina, me
introducía un poco la lengua al mismo tiempo que rozaba mi clítoris. En ese momento él me gritó
que estaba a un punto de venirse (o correrse), nos volteamos, él quedó boca
arriba y con mi mano le seguí dando un masaje que según él me decía era
fenomenal y que no quería que dejara de hacerlo, hasta que explotó, otro gran chorro
de semen saltó de su pene y para nuestra mala suerte, llenó toda la sábana de
su cama.
Para relajarnos un poco, y como ustedes recordaran las caricias en los senos me encantan, mi novio lo sabe por supuesto, fue a la alacena en la cocina por un poco de mermelada de fresa y me untó un poco en cada pezón, así me quitaba la mermelada con la lengua a la vez que hacía sentir deseos de ser penetrada nuevamente, este ejercicio de untarme y limpiarme los pezones me lo hizo como cinco veces (chicos y chicas) les recomiendo esto también), a esto yo respondía con gemidos que hacían que mi hombre se excitara, lo noté porque el pene se lo ponía duro y grande otra vez.
El último acto que tuvimos
esa mañana que ya se había convertido en tarde, fue cuando un poco desesperada
por mis ganas de pene, lo aventé de espaldas a la cama, él quedó con el pene
como una asta de bandera, me le monté como si fuese una moto, acomodé su órgano
en el mío, aquello se convirtió en una carrera loca de un caballo, movía mis
caderas con ganas de que me destrozara toda la vagina, útero, y demás, en
momentos hacia círculos sobre su pene, en otros era un movimiento de va y ven,
como siempre los primeros movimientos son lentos, después van tomando un ritmo
más acelerado conforme el momento del orgasmo se acerca.
Los gemidos de placer
se iban tornando en gritos de una sensación que solo el placer sexual
proporciona.
Como él ya había tenido dos eyaculaciones bastante fuertes tardó
un poco más que de costumbre la siguiente, así es que con mis movimientos frenéticos
terminé mojando todo su pene con mis líquidos que eran tal cantidad que las
gotas escurrían por encima de sus testículos que debido a tanta acción se
encontraban muy inflamados. Como esta vez él estaba
boca arriba,
me decidí a darle la mejor mamada que jamás pudiera recibir en su
vida, así lo hice, me acomodé de tal forma que él pudiera observar mi vulva
toda húmeda y roja, pero le hice saber que no quería que me tocara, solo que me
observara, y no porque no quisiera, yo quería que se concentrara en recibir el
mayor placer posible, le permití que tocara mis pezones por que se que eso
también le gusta, de solo pensar en la posición que teníamos me dan ganas de
tener un pene entero en la boca, Mmmm...que rico desayuno.
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