
El llegó y tocó la puerta de mi alcoba, yo lo estaba esperando, se que vendría,
y esa noche yo quería que fuese maravillosa, por eso cuando me fue a dar un beso le dije
con una mirada llena de picardía que se sentara, y le dije.
Mientras me esperas aquí, voy por tu regalo, se que te gustará, y cuando el me vio llegar,

sobre mi rostro, y al sentir mis manos sobre su cuerpo,
lo sentí temblar, un escalofrío recorrió su piel cuando yo acerque mi boca a la suya,
y empecé el juego de la seducción, me senté en sus piernas y empecé a tocar su cuello
y me bajé de sus piernas y me puse de rodillas y tomé su pene con mis manos,
y después puse mi boca en aquello que tal paresia decírme, comételo todo.
Me quite el antifraz y miré su rostro La visión del rostro de el,
tras haber permanecido yo, tanto rato con los ojos cubiertos, hizo que sonriera como demostración
del sentimiento de agrado que sentía tras esos juegos tan eróticos
que le había proporcionado y que me habían llevado a un orgasmo sublime.
Su cara reflejaba cierto atisbo de complicidad
y la satisfacción de haberle hecho sentir tanto placer,
intuía que también el se había sentido muy excitado
intuía que también el se había sentido muy excitado
cuando acariciaba mi cuerpo y que había puesto
toda mi sensualidad de mujer cuando mi boca jugaba con
el duro pene para hacerlo gozar al máximo,
ahora lo tenía frente a mí mostrándome uvas y fresas,
señal inequívoca que incitaba a la continuación de estos
juegos eróticos que ardientemente
deseábamos practicar esa noche.
Hasta que su legua pasó por mi entrepierna,
la cual besaba por encima de mis chocolate,
la que se empezó a comer con deleite,
lentamente, haciéndome gemir sin descanso,
quería abrir mis piernas, pero no me dejaba,
con sus manos las mantenías juntas,
haciéndome sufrir con sus juegos en mi sexo,
lentamente fui abriéndolas con su cabeza,
haciéndome sufrir con sus juegos en mi sexo,
lentamente fui abriéndolas con su cabeza,
bajando muy suave sin dejar de comer,
su lengua fue testigo de mi humedad y
lo caliente que estaba,
pidiendo a gritos que me de borrara
seguía entretenido lamiendo y
comiéndose la lengüita de mi clítoris, lo lamía,
haciendo círculos con su lengua sobre él,
lo succionaba, con sus labios los aprisionaba,
yo no paraba de gemir y estaba demasiado excitada
paraba y seguía chupando mis caderas,
comiéndose las tiritas de mi tanga.
su miraba, me contemplaba, me adoraba.
su miraba, me contemplaba, me adoraba.
Mis ojos brillaban porque me causaba un inmenso placer
contemplarlo así, junto a mí, boca arriba,
el pelo me cubría mi cara y mi cuerpo descansaba
entre las sábanas, desnuda, o casi desnuda,
porque bajo las sábanas se adivinaba unas
minúsculas braguitas
que guardaban mi puerta de entrada a el.
Entonces sus mano empezaron a recorrerte mi espalda,
Suave y dulcemente empezó a viajar por mi cuerpo,
desde los hombros a los glúteos, apenas rozándome,
sintiendo el leve hormigueo eléctrico
de la piel excitada por la piel.
Aún dormía, aunque mi respiración ya no era tan profunda
ni tan pausada,
Daba la sensación de que había conseguido
colarse en mi sueño y, en sueños,
empecé a reconocer los dedos que me acariciaban
muy despacito, mis dedos empujaron la sábana
muy despacito, mis dedos empujaron la sábana
que me cubría dejando al descubierto mi cuerpo,
perdido, relajado, brillante, hermoso.
Y con esa visión noté cómo su pene
iba creciendo poco a poco, como fluía
la sangre en mi interior con sólo contemplarlo
cómo se despertaban mis sentidos al conocer
el futuro inmediato.
Me acerqué un poco más a el sin rozarlo,
retiró el pelo de mi nuca y con ello ya tenía el
camino franco desde ese lugar hasta mis pies.
Y empezó el recorrido con sus labios
con un leve roce en mi nuca,
sus labios recorrieron de punta a punta mi cuerpo,
desde la nuca, pasando por esa vena de mi cuello
sus labios recorrieron de punta a punta mi cuerpo,
desde la nuca, pasando por esa vena de mi cuello
que indica el camino a seguir por mi espalda,
notando como la piel se eriza y responde
al estímulo del amor y del placer,
hasta llegar a mis nalgasredondas, firmes, duras.
Y allí se entretuvo con sus labios
y con su boca que quería besarme,
y yo con mis dientes que deseaban mordisquearlo,
con mi lengua que se moría de ganas de
y yo con mis dientes que deseaban mordisquearlo,
con mi lengua que se moría de ganas de
colarse entre el y alcanzar su pene,
pero quise aprovechar el momento y
la oportunidad que tenía ante mí
de poder hacer el motivo de mi placer,
y empecé el viaje más abajo con el fin de que fuese
y empecé el viaje más abajo con el fin de que fuese
más duradero por sus muslos,
detrás de su rodilla y hasta llegar al talón.
.
.
Cuando estaba en ese lugar,
casi sin darme cuenta, se giró hasta
quedarte boca arriba.
tenía los ojos cerrados y hubiese pensado
que estaba dormido, si su pene erguido y duro
no delatasen que ya estabas viviendo el sueño.
Comprendí que el calor que estaba sintiendo
había resecado su boca y fui en busca de agua,
la encontré con el sabor dulce y fresco
de la mañana y nos regalamos un largo beso,
nuestras lenguas se enroscaron con esa ternura
de los amantes que quieren que el momento
no se acabe nunca, y yo le abrazaba
y me puse muy junto a el para que notase,
palpase, acariciase toda la extensión
de mi excitación,
de la dureza de mis pezones en contacto con tu piel.
.Separó mis piernas menos de un palmo,
lo suficiente para invitarme, ahora,
mientras nos besábamos, eran nuestras manos
las que acariciaban nuestro cuerpo.
bajó su mano por mi pecho,
acariciando mis pezones, pellizcándolos,
suavemente eso si, con sus dedos.
Bajando por mi vientre y llegando hasta mi vagina
que se ofrecía generosa, mis dedos se entrelazaban
con su vello, peinándolo suavemente,
evitando a conciencia ir más allá,
donde termina.
Quise que su deseo llegase al límite,
que me pidiera, me suplicara la caricia tanto
como yo lo estaba deseando en ese momento
en que su pene no paraba de crecer
mientras lo acariciaba.
Sin poder aguantar un segundo más,
me puse sobre el, llevé mis manos
hacia sus testículos, sintiendo el placer
sólido de la presión suave y glandular de ellos.
Descansé todo el peso sobre el y nos abandonamos
tácitamente a la exclusividad de nuestro placer
recíproco,
un buen rato de caricias, en un movimiento algo
impreciso, me puse encima de el y
dejé caer su pene debajo de mis nalgas,
y el, acariciando el borde de los labios de mi vagina.
Luego deslizó un dedo dentro,
donde la humedad empieza,
y lancé un grito sofocado que estremeció
todo mi cuerpo.
su pene alcanzó el límite máximo de dureza
y lo empujé contra la entrada de mi rosita,
mi pelvis empezó a balancearse,
forzando la entrada de su pene en la cálida
abertura de mi entrepierna.
Cuando empezó a gemir, a jadear,
lo sentí completamente duro,
ahora su pene se apoyaba en mi clítoris,
excitándome, incitándole. Empecé a moverme
muy rápido,
tratando de atrapar su pene en mi vagina,
pero el se escapaba y seguimos el juego.
De pronto le susurre que me penetrara
y se quedara allí, en mis entrañas,
se levanto y aplastó mis nalgas contra el
se levanto y aplastó mis nalgas contra el
en casi una súplica, y las oleadas cálidas
que me recorrieron por dentro, aceleraron
mis movimientos,
confundiendo todas mis posturas e imágenes,
y cuando ya no pude resistir más la tensión,
mi vagina lo atrapó y me hundí en ella
con un fuerte grito de placer y
empecé a nadar en la deliciosa, cálida
y placentera entrega y empecé a mover
mi cuerpo hasta que se fue dentro de mi,
con mucho gozo,
mientras a el le llegaba un orgasmo
tan intenso como el mío y movía
la pelvis con fuerza como deseando
que nunca acabara ese placer que sentía
Recorrer todo su cuerpo,
Como siempre,
Al tranquilizarnos nos fundimos
En un profundo beso agradeciendo


2 comentarios:
Tú mi pecado, mi luz, mi guía, mi esclava y mi señora... Tú mi pecado, mi regalo, mi pasión y mi deseo... Tú mi amante, el cuerpo en el cual fundirme, tú el néctar que beber al despertar...
Sé libre en mí Besotez
Tus palabras tocan, se sienten,
y producen sensaciones!!
Como siempre hermoso, con esa esencia de magía que te caracteriza.
Un abrazo enorme y gracias por tus fantasías y tu blog...besotes
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