Había estado en una reunión con
amigos, la tarde había sido de risas y convivencia. Ya terminada la reunión,
cuando todos se estaban marchando, lo vi parado frente a la puerta me invito
a tomar un café y dije que sí; yo todavía tenía ganas de salir y pasar
más tiempo en la calle. Ya habíamos salido juntos una vez y su compañía me era agradable, no que fuera
de lo mejor, pero por lo menos podíamos platicar y hacer algo para distraerme.
Fuimos a un café cerca de una avenida muy conocida de mi ciudad, al lado se
encontraba uno de los teatros mas famosos y el café estaba arreglado de buena
manera, tenía un pequeño estrado donde cantantes amateurs pasaban a
cantar.
Pasamos algún tiempo platicando y la plática giraba en torno a cualquier tema: primero fue los amigos, después la vida que habíamos tenido y porque me gustaba la música que estaban tocando y que a él no le gustaba. A mí me gustaba sentirme bien conmigo misma, desde mi actitud segura de lo que quería hasta la ropa que usaba (pantalones entallados y blusas que mostraran un poquito de mi cuerpo bien proporcionado), creo que fue eso lo que animó la plática durante el café. En fin… las 2 horas siguientes pasaron volando y ya era de noche cuando decidimos salir del lugar sin saber si queríamos regresar a casa o ir a algún otro lugar.
Nos acercamos a su carro y me abrió la puerta para subirme al coche, en ese momento puso sus manos sobre mis hombros y me ayudo a subirme al auto ese primer contacto fue interesante, yo quería ser abrazada, pero no sabía si él se atrevería. Cerró la puerta y caminando dio la vuelta al coche, se subió en el lado del conductor dispuesto a ponernos en camino; pero sin saber porque no lo hizo se quedo en su asiento y por un pequeño pretexto continuo la plática.
No me quitaba los ojos de encima y por la posición en la que yo estaba sentada (ligueramente girada para hablar de frente) mi blusa se abrió apenas medio centímetro de entre los botones y dejaba ver apenas milímetros de mi piel. Fue suficiente para que él fijara su atención y sus ojos no se separaran de mis senos perfectamente guardados por el sujetador y la blusa.
En medio de la plática señalo con su dedo mi blusa apenas abierta y dijo: “tu blusa se está abriendo”, yo le conteste que no había problema y que era para que pudieran respirar. Movió su dedo índice hasta la pequeña apertura y metiendo su dedo, toco mi pecho y dijo: creo que les vendría bien un poco mas de aire, haciendo un movimiento circular que abrió un poco mas la blusa. Yo sentía emoción y nervios al mismo tiempo. Tome su mano y la retire de mi blusa, pero por el impulso él se acerco y puso su cara cerca de la mía, tratando de ver si correspondería a sus intenciones de besarme. No puse mucha resistencia, los primeros besos fueron un poco tiesos y poco a poco nos fuimos abriendo en los besos y caricias. Sus manos estaban sobre mis hombros y bajaban por la parte externa de mis brazos tratando de ver si podían llegar a tocar algo más.
En un momento mientras me besaba se animó a meter su lengua en mi boca, la cual recibí sin miramientos para corresponder, pero su mano se abrió y con su dedo pulgar extendido hacia mí, sin soltar mi brazo, comenzó a pasarlo por encima de mi blusa para tocar mis senos y en especial mi pezón. Por el frio de la temporada y un poco por lo excitada del momento mis pezones estaban erectos, firmes; y él lo noto, lo que encendiendo más su ánimo para continuar. Seguimos así unos minutos yo besándolo y girando mi posición hacia él para que su mano, ya sin miedo se pusiera completamente sobre mis cubiertos senos y los pudiera acariciar, estrujar y excitar. Comencé a preocuparme por los transeúntes, pues aunque era de noche estábamos en una zona transitada.
Se separo por un momento e hizo silencio hasta que dijo: “Me siento muy bien contigo, me gustas y me agrada tu compañía” yo le respondí que también yo me sentía bien pero que era mejor movernos de ese lugar. Le pedí que me acercara a mi casa. Pensé que había sido suficiente y que por mi solicitud Él entendería que no pasaría a más. La conversación en el camino giro entorno a uno y mil asuntos diferentes. Yo creo que el intentaba pensar en otra cosa para calmar sus ímpetus, y yo no podía quitarme esa sensación de sus manos sobre mis pechos; por momentos quería irme a casa, pero por otro lado quería seguir siendo acariciada, la sensación me gustaba.
Llegamos frente a mi edificio, y antes de que pudiera despedirme me pidió si podíamos seguir conversando. Le dije que solo un momento; acto seguido enfilo su coche a unas cuadras de mi casa y encontró un lugar junto a una escuela primara de una calle solitaria. Se estacionó y al momento que me decía que le gustaba mi compañía se acerco y me beso. Los besos fueron corespondidos poniendo yo mis manos en su cara para enmarcarla y dirigirla a mi boca que deseaba besarlo.
La sorpresa vino cuando sin darme cuanta desabrocho un botón de los de debajo de mi blusa y metió su mano por mi vientre, estaba fría y mi cuerpo caliente, así me acerco mas a él y sintió mis pechos pegados a su cuerpo y me dijo: “es la sensación mas rica que he tenido”. Como lo hizo no lo sé; pero su mano recorrió todo mi pecho por encima del brassier mientras con la otra me acariciaba el pelo y me jalaba para estar cerca. Yo procuraba girarme para que si alguien pasaba no se viera nada pero mis movimientos solo le permitieron acariciarme mejor.
Puse mis brazos al derredor de su cuello para acercarlo y al mismo tiempo hacer hueco entre él y yo, y tuviera libertad con sus manos. Por el botón desabrochado metió una mano y después la otra, yo ya estaba muy animada y de momento bajo el brassier sin quitármelo para que mis senos salieran. Le ayude arqueándome un poco y el pudo agarrar mis pezones de manera completas con sus manos.
Era intenso pues no estaban descubiertos (tenia la blusa bien puesta) pero si quedaron de fuera y los acariciaba. Dijo: “que rico es tenerlos en mis manos, se siente bien, están redondos y me excita tocarlos”, cuando dijo eso yo mire a su pantalón y pude observar que el bulto entre sus piernas estaba respondiendo a las caricias que me hacía.
Saco sus manos por un momento para enderezarse en su lugar, yo me acerque para poner mi cabeza cerca de su hombro como mirando su pecho, abrí un botón de la camisa y le dije: “para que veas lo que se siente” mi mano recorrió su pecho y fue una sensación agradable; el quiso bajarla para agarrar su miembro, pero no lo deje, se giro un poco y me beso poniendo su mano sobre mi pierna; yo llevaba puesta una falda hasta las rodillas y comenzando de la rodilla subía lentamente su mano para acariciarme, su mano llego hasta mis caderas y sintió mi ropa interior, intento poner su mano entre mis piernas por delante, pero cuando estaba cerca de mis sexo yo la retiraba. Así pasamos otro rato… yo tocando su pecho, su cara y viendo su miembro crecer debajo de su pantalón. Él acariciando todo lo que se pudiera.
Uno de esos momentos estaba tan excitado que quiso de alguna manera estar sentado en el mismo asiento que yo, pero no se podía. Se bajo del coche y rodeándolo abrió mi puerta para ayudarme a bajar. Yo pensé que estaría mejor fuera del coche pues se controlaría más. Me arregle el brassier y salí con su ayuda, me abrazo y me beso el cuello, “quiero tenerte, quiero sentirte toda” me dijo. No le conteste, pero en respuesta le di un beso húmedo que pudiera interpretar que lo estaba provocando a que siguiera. Me propuso pasar a la parte trasera de su coche no sin antes bajar sus manos por mi espalda y sentir sobre mi falda mis nalgas redondas que se apoyaban contra el coche. No sé cómo, en un movimiento rápido metió sus manos debajo de la falda para tocar mejor mis nalgas; “están frías” dijo, al tiempo que metió sus manos debajo de mi ropa interior. “Hace frio” le dije por eso están frías. “¿Y tus pezones? ¿Por eso están duros?” me pregunto. “Claro” le dije con un tono sarcástico; para que supiera que me había excitado.
Entramos al coche, en el asiento de atrás. Se acerco y trato de que me sentará de lado en sus piernas; lo hice fue un poco incomodo pero la incomodidad ayudo a estar mas cerca y que me acariciara como quería. Desabrocho dos de mis botones y con una mano saco un seno fuera del sostén sin quitarlo, se asomo el pezón y en un memento lo tenia besándolo y chupándolo con su boca. Yo sentí exquisito, pues estaba prendida. Saco el segundo de mis pechos y lo beso de la misma manera, por un segundo mis pechos quedaron al descubierto y los miro solo para acariciarlos más y besarlos con su lengua. Me miro y me beso, mientras sus manos hacían lentos círculos de carisias sobre mis erectos pezones. Me estaba excitando mucho. “Me gustan tus tetas” decía cuando me acariciaba, yo empujaba su cabeza con mis manos para que las chupara.
Sentada sobre él pude sentir en mis piernas su miembro queriendo salir del pantalón. Me empujo un poco para que me alzara y con su manos se desabrocho el pantalón, sacando su miembro solo para que me sentara en el nuevamente. Le gusto mucho sentir mis frías nalgas en sus piernas calientes y en su pene erecto que se metía entre mis muslos. “Que ricas tus nalgas frías” me decía mientras me sentía su pene entre mis piernas y lograba sobresalir su glande de manera que levantaba la falda ligeramente, y se movía lentamente para sentir mis piernas con su falo erguido.
Yo sentía que era momento de detener todo o no lo podría detener nunca. Pero al tiempo que me decía “acuéstate en el asiento”, me giró y empujo para quedar recostada boca arriba en el asiento con las piernas extendidas y las rodillas dobladas para poder poner mis pies en el suelo y caber en el espacio trasero. Cómo fue que se puso sobre mí, no lo sé. Pero saco mis senos nuevamente para besarlos y acomodarse encima de mí. Su pene toco mis piernas y se acerco peligrosamente a mi sexo. Él metió su mano entre mis piernas y acaricio brevemente mis bellos púbicos por encima de mi ropa interior. Le retire la mano y con los pies firmes en el suelo alce mi cadera para que se levantara y aproveche ese momento para bajarme la ropa interior a la altura de las rodillas hasta donde mis brazos alcanzaran.
Era señal que quería sentirlo dentro de mí. Alzó mi falda un poco y se acomodo para tratar de penetrarme su miembro, el principio no pudo, estaba entre mis piernas tocando mi sexo pero no me penetraba. ¡Qué rico se sentía!… me desespere un poco, quería sentirlo bien. Con mis manos en su pecho lo empuje un poco para que se levantara y pudiera abrir un poco las piernas preparándome para lo que realmente quería. En ese momento bajando un poco la vista le puede ver su miembro, estaba excitado y muy duro, era largo y se sentía suave, no estaba muy grueso pero si tenía su glande rojo listo para penetrarme bien. Puso la punta de su largo pene en los labios de mi vagina y empujo para abrirse paso entre mis bellos. Yo creo que mi sexo estaba húmedo pues entro sin problemas, fue excitante sentir como resbalaba como mantequilla dentro de mi vagina y mis labios se abrían para recibir su verga que tocaba todas mis paredes internas; sentí como lentamente me llenaba toda por dentro, pues su tamaño compensaba lo incomodo de la posición.
Soltó un pequeño suspiro de placer cuando se sintió totalmente adentro de mí y dijo que era maravilloso sentirme de esa manera. Yo sentía su miembro erecto dentro de mí, se movió dos y tres veces sacándolo y metiéndolo, cuando dijo: “me voy a venir” “pensé en sacarlo para que no me mojara, pero en lugar de eso me arqueé por un momento y abrí lo mas que pude mis piernas para dejarlo penetrarme bien y sentirlo lo más adentro posible, en ese momento sentí como exploto; y dando un pequeño quejido sentí como eyaculaba todo dentro de mí. Lo sentí tocando las paredes internas de mi sexo y pensé que sería mejor que no terminara y pudiera seguir frotándome con su rico pene. Cerré mis piernas para sentirlo mejor, se quedo unos segundos y se quito al tiempo que yo bajaba mi falda para cubrirme y que no me mirara. Se incorporo tapándose inmediatamente y yo me enderece. Le pedí me pasara los pañuelos desechables que estaban al frente del auto.
Me limpie lo mas que pude… fue mucho lo que me dejó adentro. Nos acomodamos y me dejo en la casa. Nos despedimos con beso de amigos apenas tocando nuestras bocas. Entre a la casa y me di una ducha para quitarme todo lo que me había dejado.
Pasamos algún tiempo platicando y la plática giraba en torno a cualquier tema: primero fue los amigos, después la vida que habíamos tenido y porque me gustaba la música que estaban tocando y que a él no le gustaba. A mí me gustaba sentirme bien conmigo misma, desde mi actitud segura de lo que quería hasta la ropa que usaba (pantalones entallados y blusas que mostraran un poquito de mi cuerpo bien proporcionado), creo que fue eso lo que animó la plática durante el café. En fin… las 2 horas siguientes pasaron volando y ya era de noche cuando decidimos salir del lugar sin saber si queríamos regresar a casa o ir a algún otro lugar.
Nos acercamos a su carro y me abrió la puerta para subirme al coche, en ese momento puso sus manos sobre mis hombros y me ayudo a subirme al auto ese primer contacto fue interesante, yo quería ser abrazada, pero no sabía si él se atrevería. Cerró la puerta y caminando dio la vuelta al coche, se subió en el lado del conductor dispuesto a ponernos en camino; pero sin saber porque no lo hizo se quedo en su asiento y por un pequeño pretexto continuo la plática.
No me quitaba los ojos de encima y por la posición en la que yo estaba sentada (ligueramente girada para hablar de frente) mi blusa se abrió apenas medio centímetro de entre los botones y dejaba ver apenas milímetros de mi piel. Fue suficiente para que él fijara su atención y sus ojos no se separaran de mis senos perfectamente guardados por el sujetador y la blusa.
En medio de la plática señalo con su dedo mi blusa apenas abierta y dijo: “tu blusa se está abriendo”, yo le conteste que no había problema y que era para que pudieran respirar. Movió su dedo índice hasta la pequeña apertura y metiendo su dedo, toco mi pecho y dijo: creo que les vendría bien un poco mas de aire, haciendo un movimiento circular que abrió un poco mas la blusa. Yo sentía emoción y nervios al mismo tiempo. Tome su mano y la retire de mi blusa, pero por el impulso él se acerco y puso su cara cerca de la mía, tratando de ver si correspondería a sus intenciones de besarme. No puse mucha resistencia, los primeros besos fueron un poco tiesos y poco a poco nos fuimos abriendo en los besos y caricias. Sus manos estaban sobre mis hombros y bajaban por la parte externa de mis brazos tratando de ver si podían llegar a tocar algo más.
En un momento mientras me besaba se animó a meter su lengua en mi boca, la cual recibí sin miramientos para corresponder, pero su mano se abrió y con su dedo pulgar extendido hacia mí, sin soltar mi brazo, comenzó a pasarlo por encima de mi blusa para tocar mis senos y en especial mi pezón. Por el frio de la temporada y un poco por lo excitada del momento mis pezones estaban erectos, firmes; y él lo noto, lo que encendiendo más su ánimo para continuar. Seguimos así unos minutos yo besándolo y girando mi posición hacia él para que su mano, ya sin miedo se pusiera completamente sobre mis cubiertos senos y los pudiera acariciar, estrujar y excitar. Comencé a preocuparme por los transeúntes, pues aunque era de noche estábamos en una zona transitada.
Se separo por un momento e hizo silencio hasta que dijo: “Me siento muy bien contigo, me gustas y me agrada tu compañía” yo le respondí que también yo me sentía bien pero que era mejor movernos de ese lugar. Le pedí que me acercara a mi casa. Pensé que había sido suficiente y que por mi solicitud Él entendería que no pasaría a más. La conversación en el camino giro entorno a uno y mil asuntos diferentes. Yo creo que el intentaba pensar en otra cosa para calmar sus ímpetus, y yo no podía quitarme esa sensación de sus manos sobre mis pechos; por momentos quería irme a casa, pero por otro lado quería seguir siendo acariciada, la sensación me gustaba.
Llegamos frente a mi edificio, y antes de que pudiera despedirme me pidió si podíamos seguir conversando. Le dije que solo un momento; acto seguido enfilo su coche a unas cuadras de mi casa y encontró un lugar junto a una escuela primara de una calle solitaria. Se estacionó y al momento que me decía que le gustaba mi compañía se acerco y me beso. Los besos fueron corespondidos poniendo yo mis manos en su cara para enmarcarla y dirigirla a mi boca que deseaba besarlo.
La sorpresa vino cuando sin darme cuanta desabrocho un botón de los de debajo de mi blusa y metió su mano por mi vientre, estaba fría y mi cuerpo caliente, así me acerco mas a él y sintió mis pechos pegados a su cuerpo y me dijo: “es la sensación mas rica que he tenido”. Como lo hizo no lo sé; pero su mano recorrió todo mi pecho por encima del brassier mientras con la otra me acariciaba el pelo y me jalaba para estar cerca. Yo procuraba girarme para que si alguien pasaba no se viera nada pero mis movimientos solo le permitieron acariciarme mejor.
Puse mis brazos al derredor de su cuello para acercarlo y al mismo tiempo hacer hueco entre él y yo, y tuviera libertad con sus manos. Por el botón desabrochado metió una mano y después la otra, yo ya estaba muy animada y de momento bajo el brassier sin quitármelo para que mis senos salieran. Le ayude arqueándome un poco y el pudo agarrar mis pezones de manera completas con sus manos.
Era intenso pues no estaban descubiertos (tenia la blusa bien puesta) pero si quedaron de fuera y los acariciaba. Dijo: “que rico es tenerlos en mis manos, se siente bien, están redondos y me excita tocarlos”, cuando dijo eso yo mire a su pantalón y pude observar que el bulto entre sus piernas estaba respondiendo a las caricias que me hacía.
Saco sus manos por un momento para enderezarse en su lugar, yo me acerque para poner mi cabeza cerca de su hombro como mirando su pecho, abrí un botón de la camisa y le dije: “para que veas lo que se siente” mi mano recorrió su pecho y fue una sensación agradable; el quiso bajarla para agarrar su miembro, pero no lo deje, se giro un poco y me beso poniendo su mano sobre mi pierna; yo llevaba puesta una falda hasta las rodillas y comenzando de la rodilla subía lentamente su mano para acariciarme, su mano llego hasta mis caderas y sintió mi ropa interior, intento poner su mano entre mis piernas por delante, pero cuando estaba cerca de mis sexo yo la retiraba. Así pasamos otro rato… yo tocando su pecho, su cara y viendo su miembro crecer debajo de su pantalón. Él acariciando todo lo que se pudiera.
Uno de esos momentos estaba tan excitado que quiso de alguna manera estar sentado en el mismo asiento que yo, pero no se podía. Se bajo del coche y rodeándolo abrió mi puerta para ayudarme a bajar. Yo pensé que estaría mejor fuera del coche pues se controlaría más. Me arregle el brassier y salí con su ayuda, me abrazo y me beso el cuello, “quiero tenerte, quiero sentirte toda” me dijo. No le conteste, pero en respuesta le di un beso húmedo que pudiera interpretar que lo estaba provocando a que siguiera. Me propuso pasar a la parte trasera de su coche no sin antes bajar sus manos por mi espalda y sentir sobre mi falda mis nalgas redondas que se apoyaban contra el coche. No sé cómo, en un movimiento rápido metió sus manos debajo de la falda para tocar mejor mis nalgas; “están frías” dijo, al tiempo que metió sus manos debajo de mi ropa interior. “Hace frio” le dije por eso están frías. “¿Y tus pezones? ¿Por eso están duros?” me pregunto. “Claro” le dije con un tono sarcástico; para que supiera que me había excitado.
Entramos al coche, en el asiento de atrás. Se acerco y trato de que me sentará de lado en sus piernas; lo hice fue un poco incomodo pero la incomodidad ayudo a estar mas cerca y que me acariciara como quería. Desabrocho dos de mis botones y con una mano saco un seno fuera del sostén sin quitarlo, se asomo el pezón y en un memento lo tenia besándolo y chupándolo con su boca. Yo sentí exquisito, pues estaba prendida. Saco el segundo de mis pechos y lo beso de la misma manera, por un segundo mis pechos quedaron al descubierto y los miro solo para acariciarlos más y besarlos con su lengua. Me miro y me beso, mientras sus manos hacían lentos círculos de carisias sobre mis erectos pezones. Me estaba excitando mucho. “Me gustan tus tetas” decía cuando me acariciaba, yo empujaba su cabeza con mis manos para que las chupara.
Sentada sobre él pude sentir en mis piernas su miembro queriendo salir del pantalón. Me empujo un poco para que me alzara y con su manos se desabrocho el pantalón, sacando su miembro solo para que me sentara en el nuevamente. Le gusto mucho sentir mis frías nalgas en sus piernas calientes y en su pene erecto que se metía entre mis muslos. “Que ricas tus nalgas frías” me decía mientras me sentía su pene entre mis piernas y lograba sobresalir su glande de manera que levantaba la falda ligeramente, y se movía lentamente para sentir mis piernas con su falo erguido.
Yo sentía que era momento de detener todo o no lo podría detener nunca. Pero al tiempo que me decía “acuéstate en el asiento”, me giró y empujo para quedar recostada boca arriba en el asiento con las piernas extendidas y las rodillas dobladas para poder poner mis pies en el suelo y caber en el espacio trasero. Cómo fue que se puso sobre mí, no lo sé. Pero saco mis senos nuevamente para besarlos y acomodarse encima de mí. Su pene toco mis piernas y se acerco peligrosamente a mi sexo. Él metió su mano entre mis piernas y acaricio brevemente mis bellos púbicos por encima de mi ropa interior. Le retire la mano y con los pies firmes en el suelo alce mi cadera para que se levantara y aproveche ese momento para bajarme la ropa interior a la altura de las rodillas hasta donde mis brazos alcanzaran.
Era señal que quería sentirlo dentro de mí. Alzó mi falda un poco y se acomodo para tratar de penetrarme su miembro, el principio no pudo, estaba entre mis piernas tocando mi sexo pero no me penetraba. ¡Qué rico se sentía!… me desespere un poco, quería sentirlo bien. Con mis manos en su pecho lo empuje un poco para que se levantara y pudiera abrir un poco las piernas preparándome para lo que realmente quería. En ese momento bajando un poco la vista le puede ver su miembro, estaba excitado y muy duro, era largo y se sentía suave, no estaba muy grueso pero si tenía su glande rojo listo para penetrarme bien. Puso la punta de su largo pene en los labios de mi vagina y empujo para abrirse paso entre mis bellos. Yo creo que mi sexo estaba húmedo pues entro sin problemas, fue excitante sentir como resbalaba como mantequilla dentro de mi vagina y mis labios se abrían para recibir su verga que tocaba todas mis paredes internas; sentí como lentamente me llenaba toda por dentro, pues su tamaño compensaba lo incomodo de la posición.
Soltó un pequeño suspiro de placer cuando se sintió totalmente adentro de mí y dijo que era maravilloso sentirme de esa manera. Yo sentía su miembro erecto dentro de mí, se movió dos y tres veces sacándolo y metiéndolo, cuando dijo: “me voy a venir” “pensé en sacarlo para que no me mojara, pero en lugar de eso me arqueé por un momento y abrí lo mas que pude mis piernas para dejarlo penetrarme bien y sentirlo lo más adentro posible, en ese momento sentí como exploto; y dando un pequeño quejido sentí como eyaculaba todo dentro de mí. Lo sentí tocando las paredes internas de mi sexo y pensé que sería mejor que no terminara y pudiera seguir frotándome con su rico pene. Cerré mis piernas para sentirlo mejor, se quedo unos segundos y se quito al tiempo que yo bajaba mi falda para cubrirme y que no me mirara. Se incorporo tapándose inmediatamente y yo me enderece. Le pedí me pasara los pañuelos desechables que estaban al frente del auto.
Me limpie lo mas que pude… fue mucho lo que me dejó adentro. Nos acomodamos y me dejo en la casa. Nos despedimos con beso de amigos apenas tocando nuestras bocas. Entre a la casa y me di una ducha para quitarme todo lo que me había dejado.
Ya sola en la cama podía sentir su cuerpo encima
del mío y sus manos obre mis pechos, todavía podía oler la mezcla del olor de
mi sexo con el de su semen eyaculado, trayendo emociones encontradas. No sabía
qué hacer al siguiente día, si le diría que ya no o tal vez solo platicaríamos
para ver si se despertaría la misma emoción. No quise pensar en ello, solo me
dormí sintiendo pequeñas contracciones en mi sexo.
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